Me voy a salir un poco de la temática del blog para hablar de un apartado muy poco conocido del arte clásico. Al igual que la pintura griega, los escasos ejemplos que han llegado a día de hoy hace que sean prácticamente desconocidos y, en muchos casos, mucha gente cree que no se ha conservado nada (cuántas veces habremos oido en este mundillo que no se ha conservado ninguna pintura griega).
Manuscrito de Heracles, S. III
Uno de los primeros ejemplares (cronológicamente hablando) es el manuscrito de Heracles de la biblioteca de Óxford.
Se trata de un texto religioso escrito en griego que aunque no posee miniaturas en el sentido estricto de la palabra (pintura independiente del texto), conserva unos dibujos de apoyo a la historia que está narrando, en este caso los doce trabajo de Heracles. El estilo de estos dibujos poco o nada tiene que ver con las plástica de la época, en pleno apogeo clásico, pero si nos fijamos bien podemos darnos cuenta de lo similar que es al estilo de los grafitos que se han conservado de la misma época.
Ilíada Ambrosiana, S. III
Del siglo III es también el códice de la Biblioteca Ambrosiana de Milán que ilustra la Ilíada de Homero. La batalla se representa de manera naturalista y, aunque no es una pintura de especial calidad, se puede ver la conexión estilística con el arte de la época.
Georgicas del Vaticano. 1ª mitad S. V
En la biblioteca Vaticana se conserva el ejemplar más completo e importante de la pintura sobre papel romana que ha llegado a día de hoy. Es una copia profusamente decorada del poema Las Geórgicas de Virgilio, escrito en el 29 a. C. realizada cinco siglos después.
La estética clásica ya va dando paso a la medieval. Se cree que los dibujos son una copia de unas miniaturas anteriores, que en esta ocasión ya se han simplificado y geometrizado. También se se la despreocupación por la perspectiva y las proporciones naturales. Curiosamente, hay más clasicismo en la las miniaturas bizantinas tras la caida de occidente.
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