Enésimo ejemplo de la poco conocida revitalización del arte clásico en época de Carlo Magno, al menos a nivel del gran público.
Incluso más que clásico, podría considerarse manierista por la efectación de las figuras y su alargamiento. El dinamismo, el enmarcamiento por medio de paisaje o el uso sistemático del desnudo nos retrotraen a las pinturas realizadas ocho siglos antes.
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