Desconociendo su datación, dificilmente se podría llegar a pensar que tiene más de 11 siglos, siendo anterior incluso al románico.
Observamos una serenidad y un naturalismo más propios de finales del Gótico que de la estética propia alto-medieval, de corte hierática y esquemática.
Incluso se puede intuir úna tímida línea serpentinata en el movimiento de Cristo.
Un detalle importante es que está representado muerto. Puede parecer algo intrascendente, pero hasta el gótico y la evolución hacia el naturalismo no será algo habitual. El simbolismo medieval busca la representación de Cristo como vencedor de la muerte y, por tanto, vivo.
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