lunes, 21 de noviembre de 2011

La bella durmiente de Walter Crane

Los cuentos de hadas tienen como premisa el estar ambientados hace mucho tiempo en un lugar muy lejano. Es una manera de no ubicarlos ni en el tiempo ni en el espacio. sin embargo hay tendencia a ambientarlos durante la edad media. Walter Crane, decimonónico artista británico, estuvo en consonancia con las influencias de su época. Esto es el simbolismo, el arte oriental y, en su caso de una manera muy pronunciada, el arte clásico. Así, ambientó la historia de la Bella durmiente como si de una leyenda mitológica se tratara, algo muy llamativo para una sociedad que tiende a mirar al gótico en estos casos.









viernes, 18 de noviembre de 2011

El Encanto



La casa Nautilus



Javier Senosian levantó esta casa particular en Mexico D. F.


No es, ni mucho menos, una edificación clásica, sino que es claramente un edificio posmoderno con fortísima influencia organicista y modernista (Difícil no acordarse de Gaudí o de Wright)

Sin embargo, esta obra añade un elemento psicológico, anímico al planteamiento de la arquitectura que en muy raras ocasiones encontramos. Añade encanto.


El encanto es, según la RAE, Cautivar completamente la atención de alguien. Pero añade una acepción más: Pronunciar un conjunto de palabras con poder mágico para cambiar la naturaleza o la forma de alguien o algo, hechizar.


He ahí la clave: El arte tiene la capacidad de cambiarte, de transformarte. Y, para ello, su arma es el encanto.


Si el ánimo de un artista es crear una obra simplemente destinada a responder a la función encomendada, difícilmente perdurará en el ánimo de quien la observe. No le cautivará. No se producirá el hechizo. Ese es el gran error del arte moderno, negar el encanto por definición. Error que por esas mismas fechas no cometieron los artistas del Art Decó. Ellos sí sabían que el ingrediente secreto del arte es el encanto y que negarlo es negar el arte en sí.



El arte posmoderno busca llamar nuestra atención, pero por medio de lo chocante, lo rompedor, lo trasgresor. No quiere hechizar nuestro ánimo, sólo abofeterarlo. Por eso su capacidad de permanecer en nuestro corazón duura lo que tarda en dejar de doler la bofetada. Se ha equivocado de hechizo.




Quien haya paseado por la nueva alameda de Hércules sevillana sabrá bien de lo que hablo. No hay diferencia anímica entre pasear por la alameda y hacerlo por el aparcamiento de un centro comercial. De nada sirve que te cuenten milongas sobre los juegos de volumenes y afines... de nada sirve sin encanto.






sábado, 5 de noviembre de 2011

Cantares de Gesta clásicistas

Roman d'Éneas 1160



A comienzos del siglo XIII, el italiano Dante Alighieri en su Divina Comedia entretejió un relato medieval con los hilos de la tradición grecolatina. No era algo ni nuevo ni aislado. Esta ilustración gótica de un texto del siglo XII muestra a la ninfa Eco (mirando al Dios cristiano) y a Narciso embelesado con su propia imagen. Pertenecen a una copia posterior de un cantar de gesta francés de un tipo muy común en su época: Gesta de materia de Roma.


Junto con las grandes sagas francesas y británicas, los juglares franceses cantaron las historias de la Eneida, de la Ilíada, la guerra de las Galias bien mezcladas con episodios caballerescos.


Los textos clásicos no sólo quedaron en los monasterios, pasados de copista a copista, sino que estos escritores, músicos y cantantes fueron distribuyéndolos para todo el pueblo a lo largo y ancho de la antigua Galia.