jueves, 2 de julio de 2009

Artista → Obra de arte → Expectador (parte final)

Este tema en principio me debia durar sólo una entrada, pero he visto que antes de nada tenía que explicar en qué consisten los términos Sujeto artístico (Artista) → Objeto artístico (Obra de arte ) → Experiencia artística (Expectador) y, brevemente, qué es la modernidad y posmodernidad.
En esta tercera entrada me centraré en cómo se conjugan los tres elementos propios del hecho artístico en las dos realidades artisticas contemporáneas.

Ciertamente sabiendo qué es el arte moderno y posmoderno y conociendo igualmente que en el arte intervienen tres elementos que se relacionan entre sí de distinta manera según el estilo artístico, podemos sacar fácilmente cual es la relación entre artista-obra-espectador hoy en día.

Decía en la segunda de mis entradas sobre este tema, que aunque modernidad y posmodernidad son movimientos que andan en dirección opuesta, coinciden en la visión individual de las obras.
La modernidad porque su motor es la innovación y, como tal, cada artista va por un camino distinto, la posmodernidad porque es la subjetividad quien la articula. Pero en ambos casos estamos viendo un lenguaje entre el artista y su obra sin tener en cuenta en absoluto al receptor de la misma.

Cuando entramos en una galería de arte, lo que nos encontramos la gran mayoría de las veces es con la obra de un/a artista completamente indescifrable para nosotros.
Vemos expuestas una serie de obras que nos pueden resultar más o menos agradables, estéticas... pero de las que desconocemos su contenido porque su creador no se lo ha propuesto. Su obra está pensada para si mismo, no para el espectador.
Las obras de arquitectura juegan a lo mismo, los edificios "con pretensiones" son monumentos al ego de su creador, descontextualizadas.
Se les llena la boca diciendo que los edificios se hacen como servicio social, pero son algo mas parecido al faraón mandandose levantar su pirámide. Volvemos a encontrar el diálogo sujeto artístico-objeto artístico desdeñando al receptor del mismo.

Todo esto llega a su cúlmen en el arte conceptual. Éste es un movimiento artístico en el que las ideas dentro de una obra son un elemento más importante que el objeto o el sentido por el que la obra se creó.
La idea de la obra prevalece sobre sus aspectos formales, y en muchos casos la idea es la obra en sí misma, quedando la resolución final de la obra como mero soporte.
En este caso vemos que el sujeto artístico es a su vez objeto artístico, puesto que la obra de arte es un mero concepto creado en su cerebro. El espectador es completamente despreciado.

Esta es mi (subjetivísima) reflexión final: Qué sentido tiene mostrar una obra que no ha sido concebida para el espectador.
Si una obra de arte no es más que el reflejo del maravilloso e interésantisimo mundo interior de su creador... ¿A quién verdaderamente le interesa más que a él mismo? ¿para qué lo expone si lo ha creado para sí mismo? ? No es acaso como ir a una conferencia y que el ponente de su discurso en otro idioma?
¿Cuando va a volver el arte a tomar en cuenta al espectador no sólo para que éste aplauda su homenaje a sí mismo?

2 comentarios:

  1. baya sin duda alguna la razon lo acampaña, pero hasta cierto punto, por que es verdad que el "objeto artistico" es meramente subjetiva, pero simpre lo a sido, no existe una gran diferencia entre como un artista contemporaneo le da importacia a su obra con por (ejemplo)los romanos. Si bien pues el "sujeto artistico" le da cierto significado a la obra
    ¿como el expectador puede saber que significado le dio? (amenos que conosca al artista).
    ademas presisamente esa inpresion o significado que el autor le da a la obra, es la que le da esa categoria de obra o ese misterio...

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  2. Según como yo lo veo, la diferencia es la intención. el artista contemporáneo (hablamos de los artistas de arte moderno) busca la creación, el proceso creativo, más que lo que es la comunicación con el espectador.

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