miércoles, 8 de julio de 2009

Pervivencia del Clasicismo: Románico

Pila bautismal de Renier de Huy



A principios del S XII (unos ochenta años antes de los esmaltes del Altar de Verdún) nos encontramos con una pila bautismal que fácilmente podría atribuírsele un milenio más de antigüedad.

La atribución a Renier de Huy está hoy discutida, pero aún es a quién se le atribuye. Renier fue un orfebre francés de la escuela de Mosa. Ésta se caracterizó por el fuerte clasicismo de su producción, por influencia carolingia, y por romper la idea del anonimato de los artistas medievales. El clasicismo viene de haber sido en sus inicios un estilo local forjado en la región de Valonia (actual Bélgica), la cual era el corazón del Imperio Carolingio. Al formarse estilísticamente el Románico, el ideal clásico se mantuvo en la región, dando lugar a un clasicismo sin parangón en todo el románico europeo.



La pila es de latón y está actualmente en la iglesia de San Bartolomé (Lieja). Narra aspectos relacionados con el sacramento del bautismo. Son cinco escenas con cinco bautismos (como el propio de Cristo) separadas entre sí por árboles. Está sostenida por diez bueyes diferenciados entre sí, aunque originalmente eran doce. Esto es así por el número de apóstoles en sintonía con la antigua fuente del templo de Salomón.


La pila contaba con una tapa que fue destruída durante la revolución francesa, así como la iglesia para la que fue creada esta obra, Nuestra Señora de la Fuente.

Por últimp, para resaltar si cabe el clasicismo de esta pieza, tan solo hay que compararlas con las contemporáneas puertas de San Bernardo de Hildesheim. Sobra mayor comentario.

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