domingo, 19 de julio de 2009

Otras Visiones del Clasicismo: Rygar

Puede parecer un poco fuera de lugar (cuando no directamente "freak") que haga una entrada en la cual el tema principal es un videojuego. En realidad, no voy a hablar de un videojuego, sino de cómo refleja otra cultura y un lenguaje artístico nacido muy lejos el mundo clásico y los orígenes de nuestra civilización (o nuestra civilización, a secas).

El videojuego como tal nació en Estados Unidos en 1948, pero el despegue de este lenguaje a nivel social, económico y artístico llegaría cuatro décadas más tarde y muy lejos del país que lo vio nacer. Esa completa focalización del videojuego en un punto determinado del globo se mantiene hasta nuestros días de tal manera que la palabra videojuego en inconcebible sin la de Japón a su lado.

La temática que la Meca del ocio interactivo ha aportado a este mundo es de una diversidad casi inabarcable y continuamente la sigue expandiendo. Aunque tiende a tener una visión muy centrada en el público y cultura japonesa, de vez en cuando hace guiños a la cultura occidental y, en contadas ocasiones, se ha centrado en la cultura grecolatina. Y esto es algo que me resulta terriblemente interesante.
Estudiar cómo una sociedad sin ningún lazo histórico o social con la europea (en principio) entiende y recrea nuestra historia y cultura, me resulta fascinante.
Así que veamos cómo se entiende el clasicismo y nuestro legado gregolatino desde el país del Sol naciente tomando un videojuego concreto como objeto de análisis.

RYGAR: THE LEGENDARY JOURNEY


Este videojuego es la continuación de una reacreativa de los años 80. Su historia es terriblemente simple. Rygar es un gladiador enamorado de una princesa soprano de rasgos sospechosamente idénticos a los de Britney Spears. Los Titanes escapan del Hades, secuestran a la amada y Rygar, equipado con un escudo con el que atacar a modo de yo-yo, se recorre el inframundo para rescatar a la princesa.

A nivel argumental, Rygar toma elementos sueltos de la religión griega y las mezcla sin demasiado sentido. A saber, Rygar, el nombre del héroe es una palabra anglosajona, que nada tiene que ver con la lengua helena. Seguramente sea una cuestión comercial, para hacer más atractivo el título. Por otra parte, su antagonista es Equidna, el monstruo medio ninfa, medio serpiente que en este juego no sólo es una bella fémina a la usanza manga, sino que resulta ser una titánide. Los titanes parecen ser un cajón de sastre. Todos los enemigos son titanes, desde Ícaro hasta Cronos. Incluso todo tipo de enemigos de diseño claramente japonés, como una larvas mecanizadas, arañas infernales, todo tipo de cíclopes y hasta gremlims son siempre algún tipo de titan. Hay una mezcolanza extraña con respecto a Equidna. El reino de Rygar es una isla inventada en pleno Egeo, del tamaño de Creta, llamado Argus. Argus (o Argos) fue el gigante de 100 ojos que asesinó a la montruo viperina. Mención especial tiene el diseño de la Hidra (cómo no, otro Titán...). Un monstruo con cabezas de bebé.







Bien, lo verdaderamente interesante del juego es el tratamiento idealizado que nos da del mundo clásico. Japón debe de estar imbuido de las imágenes del Foro romano semidestruído, de los yacimientos arqueológicos, de su Coliseo en ruinas y es exactamente así como nos presenta el mundo Clásico: en ruinas.




Verdaderamente, ningún japonés creerá que los edificios clásicos se levantaron a medio construir, pero lo que nos recrean es una "postal" de lo que hoy se conserva de la arquitectura clásica. Una visión romántica de las ruínas romanas. La única referencia real clásica es a nivel de escenario, porque para todo lo demas, estamos viendo cultura japonesa. A este respecto, hacen referencia a edificios reales, como el citado coliseo o el propio panteón, aunque a una escala agigantada con respecto al orginal. La publicidad rezaba que los diseñadores habían viajado a Europa para documentarse, pero se dejaron embaucar por las sugerententes imágenes de los monumentos arruinados más que en el estudio de lo que debieron ser en origen.

Otra curiosidad es el uso de la música flamenca para para ambientar ciertas fases del juego localizadas en la cultura minoica. Esto se ha convertido prácticamente es un tópico español. La asociación entre la cultura clásica y prehelénica con España viene por dos vías. la obvia es la asociación de los motivos taurinos minoicos con la tauromaquia y la otra, más sutil pero cada vez más impuesta, es la asociación del adjetivo "latino" como sinónimo de hispano.

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