lunes, 19 de julio de 2010

Pervivencia del Clasicismo: ARTE CAROLINGIO


Columnas de la Capilla Palatina de Aquisgrán. c. 790

No vamos a descubrir a estas alturas el caracter clasicista de la Capilla del palacio de Carlomagno en la ciudad alemana de Aquisgrán, pero quiero dar cuenta del caracter visionario de su obra. Lo más llamativo de sus capiteles no es la perfecta recreación del orden corintio, sino ese trozo de entablamento colocado justo encima suyo que tiene como finalidad estilizar la composición. Se logra con ello una mayor altura de la columna sin necesidad de distorsionar sus proporciones. Este elemento tiene el nombre de dado brunelleschiano. La razón es porque el uso sistemático que se haría de ello a partir de la obra del padre de la arquitectura renacentista: Filippo Bruneleschi. Este dado se popularizó en el arte occidental, y de ahí la extraña evocación renacentista de esta arcada prerrománica... realizada casi medio milenio antes del nacimiento de quien le ha dado su nombre.

Filippo Brunelleschi: San Lorenzo de Florencia, 1422

5 comentarios:

  1. El "dado brunelleschiano" es una especie de solución de compromiso para solucionar el problema que supone la combinación de columnas (cilíndricas) con arcos (elemento murario horadado). Al colocar un entablamento completo encima de cada columna, ésta adquiere una personalidad propia desvinculada del muro-arco, que ahora apoya sobre el entablamento. Leon Bautista Alberti, en De Re Aedificatoria, prefería el uso de arcadas sobre pilastras, a las que consideraba una transformación lógica de la columna para su composición en un muro (la pilastra al fin y al cabo es la proyección de la columna en el muro).

    Sobre los órdenes de la Capilla Palatina de Aquisgrán sorprende la cantidad de elementos que fueron tallados ex-profeso para la capilla y no procedían de expolio de edificios romanos, lo que demuestra la maestría de los canteros carolingios y la voluntad de la época por revivir el clasicismo.

    Un saludo.

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  2. Realmente la influencia romana en el núcleo del imperio carolingio fue bastante débil, a excepción de Tréveris. Tras siglos de vicisitudes apenas quedarían ejemplos directos de arquitectura romana para inspirarse y los constructores debieron visitar Italia y el sur de Francia para obtener los restos con los que inspirarse.

    En el caso del Norte de Europa estaríamos hablando de revivir una tradición ya que ésta nunca fue muy influyente y además se había perdido, mientras que en Italia sí que podemos hablar de su mantenimiento por la continuidad de las formas clásicas en arte y arquitectura, ya sea a través de la reutilización de elementos o por la creación de otros nuevos que siguen perfectamente las pautas vitruvianas (hay que tener en cuenta que probablemente en aquella época aún existieran tratados de Vitruvio de época romana con ilustraciones).

    Un saludo.

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  3. El autor de la capilla fue Eudes de Metz, de origen armenio y formado en la tradición bizantina de la que esta obra es más deudora aun que de la tradición clásica. Sin embargo, los artesanos que colaboraron fueron bizantinos e italianos, por eso he preferido el término "mantener", ya que su constructor llevó su influencia oriental natal y sus decoradores provenían del sur de Europa.

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  4. Efectivamente, en ese caso es mantener ya que los canteros venían de una tradición ininterrumpida.

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