domingo, 18 de julio de 2010

La Modernidad del Arte Clásico



Lo clásico es siempre una apuesta segura. Es como el color negro para una fiesta. Lo clásico no es antiguo, es atemporal. Por eso nunca se ve desfasado. No es ni viejo ni contemporáneo. O ambas cosas al mismo tiempo. No es una moda, ni siquiera un estilo. Es un prisma, una actitud. Ese es el motivo por el que muchas obras antiguas se ven extrañamente modernas. El problema es cuando una obra contemporánea pretende lograrlo y para ello se disfraza de clásica. Entonces, lo clasico no es un lenguaje, sino un maquillaje. Y el maquillaje dura lo que tarda el tiempo en borrarla. Pero cuando entiende la esencia del clasicismo, atisba la atemporalidad, o lo que es lo mismo: la eternidad. O casi lo mismo.

Inicio así con esta entrada una recopilación de obras de arte clásicas, pero no antiguas.


C. F. Harsdorff: Capilla Moltke en Karise, Dinamarca. 1761-66

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