Esta imagen no corresponde a una divinidad griega, sino budista, siendo la patrona de la fecundidad y protectora de los niños. Aunque originalmente era una entidad demoniaca que se alimentaba de los hijos de otras mujeres, Hariti fue convencida por Buda del sufrimiento que originaban sus actos y llegó a convertirse en la deidad protectora de los niños (de hecho, suele ser representada, como en la escultura de la imagen, acompañada de ellos). Su culto se extendió desde India a China y Japón.
Lo más interesante de esta divinidad, en lo que nos atañe, son sus atributos iconográficos, que fueron un préstamo de los de la diosa griega Tique (la Fortuna romana), puesto que no solo está vestida con un quitón, sino que porta la cornucopia, o cuerno de la abundancia, típicamente heleno.
Uno de los rasgos de la mitología que más me gustan es el modo en que encontrmos leyendas y deidades con características semejantes en lugares considerablemente diferentes, con culturas distintas. Me encanta apreciar estas similitudes entre las distintas dioses que mencionas; toda una delicia para cualquier amante de lo clásico. Tu post, claro y ameno, es de sumo interés a este respecto. Un saludo.
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