Tímpano del ala oeste del Museo de Arte de Philadelphia
C. Paul Jennewein, 1933
Tanto el Art Decó en forma y contenido como la propia sensibilidad estadounidense han sido siempre muy sensibles al clasicismo.
Tal es así que, pese a haber sido uno de los grandes motores de la modernidad, ha mantenido la semilla del arte clásico latente dispuesto a manifestarse en cuanto ha tenido ocasión, como es el caso de ciertas tendencias arquitectónicas actuales.
El motivo de esta atracción hacia la estética clásica hay que buscarla en un plano ideológico. EE. UU, como primera democracia del mundo contemporáno, ha mirado a Grecia como como garantizador de las libertades democráticas y las ventajas del capitalismo, y de ahí su tendencia a recuperar la estética griega.
El Museo de Arte de Phidadelphia tuvo como referente el Museo Victoria y Alberto de Londres y la decoración monumental corrió a cargo del escultor germano-estadounidense C. Paul Jennewein, quien poseeía una fuerte formación clásica al haber rematado sus estudios en la Academia americana de Roma.
C. Paul Jennewein diseñó un tímpano en terracota policromada, con cierto recuerdo a la obra de Fidias, y rompiendo la tradición neoclásica y basándose con más veracidad a la verdadera escultura griega. Policomía que a ojos de los españoles puede parecernos terriblemente basta, acostumbrados a la larga tradición de escultura policromada y el detallísmo y minuciosidad de ésta.
Con todo, el conjunto da una idea muy próxima a lo que debió ser un tímpano griego.
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