viernes, 20 de noviembre de 2009

Sintomas de cansancio

por motivos laborales no puedo actualizar mucho el blog y, para colmo, esta vez lo hago con una noticia antigua. No sé si esto es síntoma de cansancio hacia las "moderneces" o es una raya en el agua. Sea como fuere, celebro el descontento hacia este tipo de espectáculos. Como se ha dicho alguna vez: lo trasgresor es el camino más fácil.


La producción de "Los Troyanos" de Héctor Berlioz, estrenada el sábado en el Palau de les Arts de Valencia, ha sido musicalmente fiel a la partitura concebida por su autor, con el ruso Valeri Guerguiev como director Musical, y transgresora en su montaje escénico, a cargo de Carlus Padrissa (La Fura dels Baus), por lo que recibió abucheos del público.

Los "pateos" y algunos gritos de "fuera" se alternaron con tibios aplausos por parte de un público que, por primera vez desde que empezó la programación de ópera de este coliseo, protestó por una puesta en escena arriesgada pero que, durante diez minutos, aplaudió a Guerguiev y a la soprano Daniela Barcellona, los grandes triunfadores de la noche.

Guerguiev ha realizado una lectura precisa a esta magna obra de Berlioz, de unas cuatro horas de duración, en la que ha sabido resaltar todos sus matices: desde la grandiosidad de una orquestación plenamente romántica y con pasajes triunfales, que se alternan con otros más dramáticos, amorosos o intimistas.

Ha valido la pena esperar casi 120 años (la versión íntegra se estrenó en 1890 en Kalsruhe, muerto ya el autor) para ver estrenada de forma completa en España esta obra, que en sus cinco actos narra la destrucción de Troya por los griegos y la huida del héroe Eneas a Cartago, para luchar contra Numidia y enamorar a la reina Dido, y desde allí partir hacia Italia para fundar la nueva Troya.

En época de crisis como la actual, el Palau de les Arts ha diseñado su cuarta temporada con una notable reducción de espectáculos operísticos pero con una apuesta clara por la calidad y la voluntad de hacer historia, como con esta "premier" de Los Troyanos, una epopeya clásica pero, en esta producción, trasladada a un ambiente futurista.

En una actuación magistral, el director ruso ha roto la maledicencia que pesaba sobre la obra y, pese algunas carencias narrativas y musicales, la ha sacado del olvido y la ha puesto en la primera página de actualidad, ya que será representada también (por tratarse de una coproducción nueva) en el Teatro Marinski de San Petersburgo y en Wielki de Varsovia.

PORTÁTILES Y VIRUS
Frente al rigor musical se ha situado una puesta en escena arriesgada y vanguardista, diseñada por Carlus Padrissa (La Fura dels Baus), siguiendo la línea mostrada, en este mismo escenario, en la tetralogía de "El anillo del Nibelungo", de Richard Wagner: una ambientación futurista con utilización de videoproyecciones, arquitectura humana (acrobacias) y artilugios mecánicos.

De entre las aportaciones escénicas a destacar el panzudo y articulado Caballo de Troya, la serpiente de mar que devora a Laocoonte, el trono en forma de torre eólica, los ordenadores portátiles sobre el túmulo de Dido y las continuas referencias a los discos duros de ordenador para plasmar la acción letal del virus, que destruye Troya y, por desamor, a la propia reina Dido, que se lamenta de morir sin ser vengada.

COCHE TELEDIRIGIDO
Algo sorprendente resultan las alambradas del paisaje de guerra, el coche teledirigido del hijo de Héctor, el desfile erótico del cuarto acto y un ballet mutilado en número de bailarines.

En una obra con múltiples personajes es de destacar el equilibrio de todas las voces, en especial del elenco femenino, con una Daniela Barcellona versátil y con voz sobresaliente, y una Elisabete Matos (Casandra) con una gran fuerza dramática.

De los personajes masculinos, Stephen Gould fue un Eneas atormentado y valiente, con seguridad vocal. Junto a él, estuvieron a buen nivel Gabriele Viviani (Corebo) y Stephen Milling (Narbal).

Mención especial merece la actuación del Coro de la Generalitat. Con una presencia casi continua en escena, ha superado de forma sobresaliente todas las exigencias y dificultades vocales de la obra.

A esta ópera inaugural de la cuarta temporada del Palau de les Arts de Valencia han asistido el presidente de la Generalitat, Francisco Camps; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá; y el vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial, Fernando de Rosa, entre otras personalidades del mundo de la cultura, las finanzas y la sociedad valenciana

2 comentarios:

  1. Me habría gustado asistir a esa reacción del público, jajaa.... Creo que me habría abstenido de patear o silbar, pero me habría reído cantidad, oye... Eso sí. Yo por mucho que un montón de sabios doctores me digan que tal obra de arte, o musical, o de lo que sea, es una maravilla absoluta, si mi sentido común me dice que no tiene ni pies ni cabeza, y que más bien me da dolor en la ídem, pues no y no. Que no me entra. Será que soy muy cerrado, testarudo, ignorante. No sé. Pero ¿para qué voy a fingir? ¿O es que hay que aplaudir para que le consideren a uno muy guay? No sé, creo que lo haría solamente en caso de que los beneficios del espectáculo fuesen para una causa humanitaria, y por pura compasión, para no estropear la buena obra. Si no, mejor no morderse la lengua o tanta bazofia nos acabará envenenando. Las generaciones futuras dirán que la gente del siglo XXI era tecnológicamente avanzada y artísticamente un cero a la izquierda. La gente ya no sabe qué hacer. Como el Habacuc ese, el nicaragüense que ató a un perro callejero a una esquina de un museo, le puso título a la "obra" con aritos de comida para perros (comida que el perro no podía alcanzar) y lo dejó morir de hambre, impidiendo a los visitantes que lo alimentaran. Ahora el Habacuc está vetado en muchos sitios por esa crueldad, y sin embargo algunos siguen viendo en eso una forma de "arte". La madre que los parió. Les ataba yo en una esquina sin comida ni agua, con un título encima, al estilo INRI del nuevo testamento, a ver qué artístico les parecía el tema.

    Un saludo. Y no te preocupes si no puedes actualizar mucho en ocasiones. Por mi parte, yo ya me conformo con releerte, esto es un oasis de cultura. Cuídate y ánimo con todo.

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  2. Lo del perrito es que me hierve la sangre cada vez que lo recuerdo. al energumeno que se le ocurrió semejante barrabasada habria que vetarlo... pero de vivir. y por cierto, nunca pienses que eres un ignorante o un cerrado por desechar según qué manifestación artística. estás haciendo uso de tu juicio crítico, que es mas de lo que hacen muchos admiradores de un arte que les han dicho que es lo que ha de aceptar y no se plantean ponerlo en duda. vivimos en la sociedad del "todo vale", en la que nos han inculcado que cualquier manifestacion es correcta y hay que aceptarla. yo me opongo a eso. no hay que aceptar sin mas. analiza y juzga, y despues decides.

    un saludo

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