Al igual que El Domo de Londres, edificado para celebrar la llegada del tercer milenio, fue reconocido unánimamente por su calidad arquitectónica (me reservo mi opinión...), el monumento con el que la ciudad de Atlanta dio la bienvenida al año 2000 fue vapuleado en todos los corrillos arquitectónicos a lo largo del planeta. Se trata de un arco del triunfo postmodernista, sobredimensionado y descontextualizado.
De una manera muy pragmática, no es simplemente un monumento conmemorativo, sino que en su interior contiene tiendas, cafeterías, un museo...
Yo mismo me sumo a todos los que lo han tachado de fallido... Parece como si estuviera diciendo: "Yo es que pasaba por aquí", claro que también me sumo a la descalificación de otros edicicios de por aquel entonces de los que nadie dice ni media palabra.
No obstante, para la decoración se echó mano del escultor escocés Alexander Stoddart. Éste realizó un trabajo muy destacable, con una serie de imágenes alegóricas que dan un aspecto clásico decimonónico a un edificio que buscaba ese efecto y terminó pareciendo recién salido de un parque de atracciones.
más información: http://www.thegateatlanta.com/
Las esculturas de Stoddart no pueden entenderse sin el Arco del Triunfo, al que complementan.
ResponderEliminarComo ejercicio académico aislado es muy correcto y elegante, que hubiera encajado a la perfección en cualquier ciudad europea como coronamiento de alguna plaza dentro de un abigarrado tejido urbano o como remate de una gran avenida (imagínalo al final de la Av. La Palmera o en Av. Kansas City). Pero en la dispersa ciudad estadounidense es un elemento que prácticamente pone puertas al campo y a una ciudad que no se sabe muy bien dónde empieza y dónde termina.
Un saludo.