sábado, 28 de noviembre de 2009

Pervivencia del Clasicismo: BIZANCIO

Noé ebrio, Basílica de San Marcos S. XI

Este mosaico narra una poco conocida parte de la historia de Noé, el cual era muy aficionado al vino (una vid fue, precisamente, lo primero que plantó tras el diluvio).
Sus hijos lo encontraron bebido y desnudo en el bosque y lo trajeron de vuelta a casa. Ese es el momento que refleja esta imagen que, en un primer vistazo podría recordar a las personificaciones fluviales, pero yo veo en el origen de su inspiración al Fauno Barberini
Por otra parte, parece adelantarse ocho siglos a la Maja desnuda. Son muy parecidas.

2 comentarios:

  1. Me gustan estas aproximaciones a las obras de arte, ese indagar sobre las influencias. Resulta muy instructivo.
    Gracias por sentirte orgulloso de mí. Yo me siento orgullosa de tener tan buenos amigos y colegas bloggeros.De no haber sido por el blog, creo que no habría conseguido publicar esa novela. Besos.

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  2. Bizancio es el heredero natural de la arquitectura grecorromana, si bien, al igual que el resto de su sociedad e instituciones, adaptada a los nuevos tiempos y pensamientos. Sin Roma, Bizancio no podría habernos legado la cúpula de Santa Sofía de Constantinopla. Y sin Bizancio, una buena parte del saber sobre el que se asienta el clasicismo, no habría llegado hasta nosotros.

    Un saludo.

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