martes, 4 de mayo de 2010

Lo clásico en fotografía

La orilla, de Thomas Eakins


El siglo XX trajo la creación y/o consolidación de nuevas expresiones artísticas como el cine, la fotografía, el cómic y el videojuego. Dentro de estas nuevas experiencias hubo diferentes maneras de abordar la herencia clásica occidental con la importante novedad de que se empezaba desde cero, ya que la tradición no existía en ellas por definición: acababan de nacer y todo era experimentación y consolidación de su lenguaje.

En fotografía, el clasicismo se abordó de tres maneras:


1: Asimilando las características propias del mismo y trasladándolas a los nuevos medios (como hemos hablando anteriormente de los autores Irving y Horst).

2: Trasladando formalmente el lenguaje pictórico a la fotografía, tratando la imagen como si fuera un cuadro clásico.
3: Tomando sólo los temas clásicos y mitológicos.


Ya hemos tratado anteriormente el primer punto, así que vamos a centrarnos en el segundo, tomando para ello la obra de Thomas Eakins.


Tomas Eakins


joven reclinado


Tomas Eakins (1844–1916) fue un artista norteamericano cuyos estudios en Francia y España le dieron a conocer de primera mano el academicismo europeo que estaba a un paso de agonizar con el nacimiento de las Vanguardias. Ese lenguaje fue el que adoptó no solo como pintor sino como fotógrafo, tanto en las instantáneas sacadas para sus bocetos como en sus fotografías ex-profeso. Esta similitud la podemos ver en las fotografías que tomó sobre el tema de los bañistas en el río como en sus cuadros de misma temática.



Fue un autor muy interesante que trasladó la estética y temática de academicismo burgués al nuevo arte que estaba consolidándose.

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