viernes, 6 de enero de 2012

Un edificio y una pregunta


Éste es el edificio, el nuevo teatro municipal de la ciudad de Carmel, estado de Indiana (EE. UU.)

Y ésta, la pregunta: ¿Se atrevería una localidad española a levantar un edificio público así?



3 comentarios:

  1. No, jamás. Solamente tienen opción los arquitectos estrella.

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  2. Ese teatro es una muestra de la continuidad de la tradición clásica norteamericana y el buen hacer de los profesionales de ese país, que muestran una gran versatilidad en cuanto a capacidades de proyección de edificios clásicos y modernos.

    Creo que la pregunta hasta ahora ha sido negativa, las ciudades españolas están todavía borrachas de "efecto Bilbao" y creen que la sola presencia de un "icono arquitectónico" basta para redimirlas de todos sus problemas (a veces el propio icono acaba siendo un problema añadido).

    Sin embargo, poco a poco se ve una especie de "vuelta de la cordura"; en Madrid y Sevilla ya se levantan edificios que siguen una composición tradicional tanto de su planta como de sus alzados.

    La arquitectura contemporánea ha demostrado no ser capaz de dar siempre una respuesta completa a las necesidades de la sociedad. No basta con cumplir unos requerimientos de habitabilidad sino que debe ser capaz de cohesionar y hacer que la sociedad lo sienta suyo. Muchos edificios modernos han acabado sucumbiendo por su deterioro ante su incapacidad de crear vida social.

    Creo que la sociedad está dispuesta y en parte deseosa de volver a ver edificios tradicionales, sólo hay que darles la oportunidad de ver que hay profesionales muy capaces de crear verdadera arquitectura clásica sin incurrir en los defectos del "kitsch".

    Un saludo.

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  3. Precisamente en los defectos del "kitsch" se cae cuando se desconoce cúal es la funcionalidad u origen de los elementos de la arquitectura tradicional. Un alero, una gárgola, un frontón, un arco, etc. han tenido no sólo forma sino función (la forma la da la función) y cuando se desconoce, se produce el ornato por gusto y no por necesidad. Pero el debate no debía ser si la arquitectura es moderna o es clásica, sino si la arquitectura cumple la función para la que ha sido asignada: funcional, útil y duradera, y es aquí, en la durabilidad donde la arquitectura contemporánea ha fracasado muchas veces. Conozco obras contemporáneas donde sólo el coste del mantenimiento impediría de calificarla como arquitectura, pues más bien sería un pozo sin fondo. Pero después de tantos años de despilfarro, parece que muy pocos se van a detener en este hecho.
    A qué pocas personas conozco que no les guste el diseño clásico de los coches. Es más, si os fijáis la evolución del coche sigue respetando las reglas fundamentales del coche (compartimentos del motor, habitáculo y maletero, ubicación de las ruedas etc.) A nadie se le ocurre el desconstructivismo ni otras corrientes en la industria automovilística.
    Es una pena que en la arquitectura se haya perdido el rumbo.
    Un saludo

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