Sala capitular del monasterio de Santa María de Sigena. 1200
Las pinturas murales de este conjunto destacan (destacaban) especialmente por su fuerte naturalismo, preludio del gótico. La realización se encangó a pintores británicos que desarrollaron un esquema de corte bizantino, de ahí el fuerte clasicismo que emana incluso en los desnudos. La sala en sí se asimilaba a las iglesias bizantinas del sur de Italia, dándole un aspecto ecléctico la influencia mudéjar de su arquitectura.
Esta estancia fue incediada en las destrucciones masivas de arte religioso durante la guerra civil. El suntusoso artesonado mudéjar se desintegró y, afortunadamente. parte de las pinturas pudieron ser recuperadas. Los daños del fuego destruyeron la policromía, haciendo imposible hacerse una idea hoy de la espectacularidad del conjunto.
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