viernes, 18 de noviembre de 2011

El Encanto



La casa Nautilus



Javier Senosian levantó esta casa particular en Mexico D. F.


No es, ni mucho menos, una edificación clásica, sino que es claramente un edificio posmoderno con fortísima influencia organicista y modernista (Difícil no acordarse de Gaudí o de Wright)

Sin embargo, esta obra añade un elemento psicológico, anímico al planteamiento de la arquitectura que en muy raras ocasiones encontramos. Añade encanto.


El encanto es, según la RAE, Cautivar completamente la atención de alguien. Pero añade una acepción más: Pronunciar un conjunto de palabras con poder mágico para cambiar la naturaleza o la forma de alguien o algo, hechizar.


He ahí la clave: El arte tiene la capacidad de cambiarte, de transformarte. Y, para ello, su arma es el encanto.


Si el ánimo de un artista es crear una obra simplemente destinada a responder a la función encomendada, difícilmente perdurará en el ánimo de quien la observe. No le cautivará. No se producirá el hechizo. Ese es el gran error del arte moderno, negar el encanto por definición. Error que por esas mismas fechas no cometieron los artistas del Art Decó. Ellos sí sabían que el ingrediente secreto del arte es el encanto y que negarlo es negar el arte en sí.



El arte posmoderno busca llamar nuestra atención, pero por medio de lo chocante, lo rompedor, lo trasgresor. No quiere hechizar nuestro ánimo, sólo abofeterarlo. Por eso su capacidad de permanecer en nuestro corazón duura lo que tarda en dejar de doler la bofetada. Se ha equivocado de hechizo.




Quien haya paseado por la nueva alameda de Hércules sevillana sabrá bien de lo que hablo. No hay diferencia anímica entre pasear por la alameda y hacerlo por el aparcamiento de un centro comercial. De nada sirve que te cuenten milongas sobre los juegos de volumenes y afines... de nada sirve sin encanto.






4 comentarios:

  1. La casa Nautilus tiene la pasmosa habilidad de dejarte sin habla, tanto por dentro como por fuera. Algo a lo que estamos poco acostumbrados.

    A mi particularmente me encanta.

    ResponderEliminar
  2. Tú lo has dicho ;)

    Y todo se resume en el encanto, el ingrediente (no tan) secreto del arte.

    ResponderEliminar
  3. «El arte posmoderno busca llamar nuestra atención, pero por medio de lo chocante, lo rompedor, lo trasgresor. No quiere hechizar nuestro ánimo, sólo abofetearlo.»... ¡Es absolutamente cierto, sin duda alguna!

    Un placer haber dado con este blog. Es justo lo que necesitaba para aclarar algunas cosas en mi vida. Creo que hoy, en la inmensa mayoría de las personas, desde el ciudadano de a pie hasta el académico ilustre (o "ilustre"), hay una desinformación apabullante y una confusión de los términos que le lleva a tener una idea completamente errada del arte, una idea dada seguramente por la promoción de la mayoría de artistas (o "artistas") de los últimos tiempos.

    Y lo peor es que para salir de esa confusión, aunque no hay que ir a lo más profundo del asunto, ni mucho menos, sino sólo aclarar algunos términos, en principio, lo peor, digo, es que el acceso a fuentes como este blog que ayuden a aclarar los términos es muy limitado... casi inexistente.

    Quiero preguntarte: En tu opinión, ¿tiene futuro el clasicismo? Pero me refiero a un futuro en el diario vivir de las personas, a un renacer grande y fuerte.

    Y una última cosa: he dado una ojeada al blog y me ha encantado todo, pero creo que sería estupendo que trataras también temas literarios y musicales (aunque de música vi una entrada). No me cabe duda de que han de ser muy interesantes tus reflexiones al respecto.

    Discúlpame si me he extendido mucho.
    Un saludo desde Colombia.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias, Andrés por tu comentario y por cómo te has esmeradoen escribirlo.te respondo a si creo que el clasicismo tiene o no futuro. En mi opinión, no queda más remedio por una simpple razón: Nunca ha dejado de existir. Lo clásico no es sólo una estética, es el adn de la cultura occidental. Por más que uno pretenda alejarse de ella, incluso negarla, la está reconociendo. El arte moderno es moderno por oposición al clásico. Negándolo está, incluso, dándole vida porque no podría existir sin el clasicismo, no tendría a qué oponerse. Por otra parte, no es del todo cierto que la estética clásica se haya perdido. Tampoco se perdió durante el medievo. ejemplos, referencias y una cierta constancia permaneció siempre. Y hoy pasa igual. Y por último... El clasicismo, como dije antes, no es sólo una estética. Es realemente un planteamiento. Mientras se respeten sus normas, se está siendo clásico: Elegancia, belleza, mesura, orden e idealismo. Cualquier obra que las cumpla, será siempre clásica.

    Sobre lo de entrar en el clasicismo en otras disciplinas sería aventurado por mi parte. No estoy realmente puesto en Música o Literatura.

    ResponderEliminar